Así trabajamos el desarrollo empático y habilidades de comunicación en el colegio Areteia

La comunicación es la habilidad para transmitir información, emociones e ideas estableciéndolas mediante palabras y gestos.

Sin duda una de las mayores revoluciones del siglo XX, ha sido la creación de sofisticados medios para transmitir y recibir mensajes, pero éste avance, parece que aún no cubre los graves problemas de comunicación entre nosotros y cada vez más recurrimos a situaciones en las que llevamos la mirada hacia las personas indagando en sus reacciones, lenguajes verbales y no verbales para mejorar la comunicación interpersonal.

Vayamos por partes. La inteligencia lingüística verbal es aquella que engloba todas las capacidades relacionadas con el lenguaje. Por lo tanto, hace referencia a la capacidad comunicativa humana, tanto escrita como oral. Esta inteligencia implica habilidades tales como el entendimiento de las funciones del lenguaje, aprendizaje de idiomas, comunicación de ideas, sensibilidad al lenguaje oral y escrito, etc. En cuanto a la localización cerebral de esta capacidad, se ubica mayoritariamente en el hemisferio izquierdo del cerebro.

Por su parte, la inteligencia intrapersonal consiste en la capacidad y grado de conocimiento propio, así como en la habilidad para percibir y formar una imagen individual verídica, lo más objetiva posible y ajustada a la realidad. Esta inteligencia implica la conciencia y conocimiento de las propias intenciones, motivaciones, deseos, estados de ánimo, emociones, capacidades, etc. En definitiva, la inteligencia intrapersonal es tener autoconocimiento acerca de cómo somos y qué queremos para ser capaces de utilizar esta información para un desempeño más adecuado en la vida, así como el desarrollo de un comportamiento consecuente. Esta capacidad nos permite analizar nuestros pensamientos y sentimientos, saber qué nos sucede, cómo abordar nuestras necesidades emocionales y actuar de forma que repercuta positivamente en nuestro bienestar emocional.

Podríamos decir que la conjunción de estas dos inteligencias, lingüística verbal e intrapersonal, con la combinación de la inteligencia interpersonal dan como resultado a la comunicación empática. “De todas las competencias de la inteligencia emocional, la empatía es la fundamental, para comprender y apreciar los sentimientos de las demás personas. Es la dimensión base para todas las competencias sociales que son importantes en el ambiente laboral”, afirma Daniel Goleman, referente en Psicología.

La última de las inteligencias mencionadas, y no por ello menos importante, es la inteligencia interpersonal, entendida como aquella que nos permite relacionarnos con las interacciones que establecemos y mantenemos con otras personas. Es aquella capacidad para descubrir, entender e interpretar los deseos e intenciones de las demás personas, lo que permite interacciones sociales eficaces. Esta inteligencia permite una mayor adaptación al entorno, así como el desarrollo de relaciones sociales satisfactorias, ya que  favorece la comprensión de las demás personas y la comunicación con ellas, teniendo en cuenta sus emociones, estado de ánimo, motivaciones, intenciones, etc. Es decir, teniendo en cuenta sus características personales e individuales, la idiosincrasia de la persona, para adaptar y ajustar nuestro propio comportamiento y discurso de forma consecuente con la otra persona.

Beneficios de la comunicación empática en los niños

La comunicación empática es posible cuando somos capaces de darnos cuenta de las diferentes formas en que la gente siente las cosas y comprenden la perspectiva del otro y comienza cuando sabemos “escuchar”.

Los beneficios de la comunicación empática, según palabras de Mercedes Riera, responsable del departamento psicopedagógico de Areteia, «facilita la comprensión y confianza entre las personas, la formación de vínculos afectivos, la cohesión del grupo, la mejora de la convivencia, ayuda a prevenir conflictos y/o a solucionarlos. La comunicación empática en un grupo de aula mejora el clima afectivo de la clase, proporciona bienestar emocional a los alumnos, mejora la autoestima, facilita la gestión de emociones negativas como la frustración, genera actitudes positivas hacia el aprendizaje y favorece el rendimiento escolar».

Los tres elementos clave de la comunicación empática

La comunicación empática que conduce a este tipo de comprensión se basa en tres elementos principales:

  • Transparencia: no ocultar las reacciones emocionales. Podemos estar en desacuerdo con alguien y eso se puede compartir, pero mentir bloquea la comunicación.
  • Autocontrol: no confundir nuestras reacciones con las de la otra persona, ni imponer nuestras necesidades. No estamos siempre a la caza de consejos.
  • Aceptación incondicional: evitar juzgar la conducta de los demás y centrarse en lo que sienten.

Cómo se trabaja la comunicación en el colegio Areteia

Mercedes Riera, responsable del departamento psicopedagógico de Areteia, nos explica que «cada profesor debe ser modelo y mediador, esforzándose en adoptar una actitud de acogida y escucha empática en el trato cotidiano con los alumnos, mostrándoles las ventajas de mantener esta actitud, ya que repercute directamente en nuestros propios sentimientos y facilita el control de la impulsividad y de comportamientos disruptivos. Además, las habilidades y destrezas que favorecen el desarrollo de la empatía pueden y deben enseñarse de forma explícita».

Pongamos un ejemplo. Si combinamos un lenguaje verbal que sea sencillo y adaptado a las personas con la que hablamos, con un lenguaje no verbal: posturas, miradas, gestos… nos permitirá conocer las reacciones y nos facilitará la relación con las personas.

La empatía, la escucha activa y la asertividad tienen que estar integradas, siendo claves para una efectiva comunicación a la hora de aprender, organizar el trabajo, coordinarse con un compañero o hacer tú mismo. Esos valores marcan la diferencia y hacen que una persona sea querida.

Cuando le preguntamos a Mercedes Riera sobre la importancia de desarrollar la estas valías durante la infancia nos explica que «la empatía es un aspecto básico en el desarrollo de las habilidades sociales que facilitan al niño la integración satisfactoria en su grupo de iguales. El desarrollo de la competencia social es parte del desarrollo integral de la personalidad y los educadores debemos asumir la responsabilidad de proporcionar a nuestros alumnos un marco conceptual y actitudinal explícito que contribuya al desarrollo de habilidades comunicativas y de interacción social a lo largo de la escolaridad».

No todos sabemos comunicarnos. Comunicar es una actitud y es una capacidad que en muchos casos podemos ir mejorando con trabajo, adaptado y personalizando en función de sus capacidades, y su propio esfuerzo. Para ello no basta con saber qué quiero decir, sino también a quién se lo quiero decir, para lo que es fundamental nuestra capacidad de empatía y “sintonizar con la otra persona”.

Cómo se estimulan las habilidades intra e interpersonales en el colegio

La ley educativa LOMCE considera “esencial la preparación para la ciudadanía activa y la adquisición de competencias sociales y cívicas. Se aborda de forma transversal al incorporar la educación cívica y constitucional a todas las asignaturas durante la educación básica, de forma que la adquisición de competencias sociales y cívicas se incluya en la dinámica cotidiana de los procesos”. En este sentido, en Areteia son fundamentales la acción tutorial y los programas de Habilidades Sociales en Primaria y Habilidades Sociales y Emprendedoras en Secundaria. Asimismo, de forma transversal, el profesorado de Areteia comparte la necesidad de adoptar un estilo comunicativo empático, convencido de que la comprensión de la situación personal de cada alumno es un requisito imprescindible para poder ofrecerle la mejor respuesta educativa.

 

06 / 03 / 21