Jornada de Innovación Educativa: "Los lenguajes como herramientas del Aprendizaje Basado en Fortalezas"

En la Jornada de Innovación Educativa del pasado 27 de febrero de 2021 se reunieron un centenar de asistentes del mundo de la educación para descubrir «Los lenguajes como herramientas del Aprendizaje Basado en Fortalezas«, descubrimos las herramientas claves para potenciar el desarrollo afectivo de los niños en la ponencia de Dña. María Ruiz Montes, Diplomada en Logopedia y Magisterio, Licenciada en Psicopedagogía y Máster en Atención Temprana en Discapacidad Auditiva, con más de 8 años de experiencia clínica en Logopedia en Atención Temprana en la Fundación Alexander Graham Bell International, especialmente trabajando terapia auditivo-verbal con familias que tienen hijos con discapacidad auditiva.

El lenguaje y la autoestima: potenciando el desarrollo afectivo de los niños

Dña. María Ruiz Montes, psicopedagoga y logopeda especializada en Atención Temprana en Discapacidad Auditiva en a.g.bel International, nos desvela en la última ponencia de la Jornada la importancia de la relación entre «El lenguaje y la autoestima: potenciando el desarrollo afectivo de los niños».

Durante su presentación, Ruiz Montes señala que todos los lenguajes que existen, tanto verbales como no verbales, condicionan el desarrollo afectivo de los niños. Pero ¿qué es el desarrollo afectivo?

Define el desarrollo emocional o afectivo como “ese proceso por el que un niño construye su identidad (su yo), su autoestima, su seguridad y la confianza en sí mismos y el mundo que les rodea, a partir de las interacciones que establece con sus pares significativos, ubicándose a sí mismo como una persona única y distinta. A través de este proceso el niño puede distinguir las emociones, identificarlas, manejarlas, expresarlas y controlarlas. Es un proceso complejo que involucra tanto aspectos conscientes como inconscientes” (Haeussler, 2000). Es un desarrollo que se da en los primeros años de vida, de la niñez a la adolescencia, que impactará en el resto de la vida de ese niño.

En la práctica, el desarrollo afectivo ayuda a:

  • Afianzar el auto-concepto y la autoestima.
  • Entender y comprender emociones y sentimiento propios y ajeno. A desarrollar la empática.
  • Gestionar y controlar los impulsos y situaciones afectivas desarrollando una tolerancia a la frustración adecuada a las capacidades y contexto de las situaciones que viven.
  • Mostrar habilidades emocionales den el entorno, permitiéndoles tener habilidades para una correcta resolución de conflictos.

Centrándose en la autoestima resalta el impacto que tiene en diferentes aspectos: mayor deseo de los estudiantes de participar en actividades formativas, un mayor nivel aspiracional, rendimiento académico e integración social, mejores estrategias de afrontamiento y ajuste psicosocial y una mayor satisfacción laboral.

Los factores que influyen en la autoestima (Coopersmith, 1967) son:

  • La educación familiar
  • Las características personales
  • Los grupos de iguales
  • Los profesores

Pone especial importancia en que el lenguaje es la principal forma de relación con el medio. No solo permite relacionarnos. Pensando en los niños, el lenguaje que reciben condiciona las habilidades lingüísticas, comunicativas y, consecuentemente las socioafectivas, por eso debe ser un lenguaje de calidad, en contenido y forma, y en cantidad.

Atendiendo a este último punto, nos deja unas herramientas clave sobre el lenguaje y la comunicación que, tanto docentes como padres, podemos incorporar en nuestro día a día y en el trato de cada niño para potenciar su desarrollo afectivo.

  • Primero nosotros. No podemos aportar un lenguaje de calidad si no nos encontramos bien. Cuidarse a uno mismo nos permite dar más a nuestros alumnos.
  • Ser conscientes. Mecanizamos muchas de nuestras acciones diarias y pierden valor. Tenemos que hacer consciente lo inconsciente.
  • Estar disponibles, con una disponibilidad emocional. Tener la capacidad del adulto/docente de leer, comprender, atender y responder a las necesidades, físicas y emocionales/educativas, del bebé o niño a través de mecanismos de empatía: sensibilidad, estructuración, no intrusividad y no hostilidad.
  • Usar recursos no verbales: mostrar calma en nuestra manera de hablar, usar el humor, mirarles a los ojos, ponernos a su altura (física) con los pequeños y con los más mayores
  •  Tengo nombre. Al usar su nombre al dirigirnos a ellos aumentamos la confianza y la atención en la tarea o la conversación.
  • Dont’s, aquellas cosas que debemos evitar: debemos tener cuidado con el abuso verbal y evitar: realizar críticas con el verbo “ser” y, si tenemos que hacerlas utilizar mejor el verbo estar; dar mensajes negativos sobre el niño o mensajes que impliquen que estaríamos mejor sin él; no debemos ignorarle o menospreciar sus intenciones; no hacer comparaciones con otros e insistir con los errores pasados.
  • Do’s, aquellas cosas que SI debemos hacer. Reforzar verbal y socialmente, de manera concreta tanto en lo positivo como en lo negativo; hablar de los logros de cada alumno y poner en valor lo que saben hacer, sus fortalezas; ser realistas y ajustar lo que se puede a la realidad de cada uno. Corregir siempre en privado, para que sean una fuente de aprendizaje. Conversar con ellos sobre sus intereses y “estudiar” sobre ellos para poder conversar y compartir a su nivel. Promover conversaciones entre ellos, siempre desde el respeto.

Por último, Ruiz Montes nos recuerda que “Las palabras tienen poder” y debemos ser conscientes de cómo hablamos con los niños, porque con ello estamos formado a las personas del futuro.

 

Sin duda, una jornada muy práctica que nos permite poner en práctica herramientas clave que ayudarán al desarrollo afectivos de los niños.

10 / 03 / 21