Las metodologías activas de Areteia sacan el máximo rendimiento posible de tu hijo

Para ayudar a los niños a progresar es tan importante reconocer sus fortalezas como trabajar en sus desafíos. Los niños tienen diferentes tipos de fortalezas, y algunas veces son evidentes, como cuando un niño destaca dibujando o en deportes. Sin embargo, otros puntos fuertes pueden ser más difíciles de hacerse notar, como ser buen oyente o trabajar bien en grupo.

Todos somos unos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá su vida entera creyendo que es estúpido.

 

Aprender desde el “podemos hacerlo”

Reconocer, y hablar de las fortalezas puede ayudar a los niños a avanzar y a mejorar desde sus puntos comunes, fuertes y seguros. El aprendizaje desde el “sí puedo” refuerza su autoestima y sus ganas de superarse. En palabras de Ana Permuy, profesora de Primaria en el colegio Areteia nos explica que “sin motivación, sin que los niños crean que pueden hacerlo, el aprendizaje es menos fructuoso. Es importante que partamos siempre de que puede ser una experiencia enriquecedora, que no se van a sentir solos, que nos tienen a su lado para cualquier problema que surja. La clave radica en decirles que podemos hacerlo”.

Los beneficios de fomentar el aprendizaje a través de las fortalezas se extienden incluso a “otros potenciales -opina Permuy- como la creatividad, las habilidades sociales, asumir ciertos roles en el aprendizaje y saber gestionarlo, capacidad de síntesis, infinidad de valores como el respeto, tolerancia, colaboración…”.

En las aulas del colegio Areteia “las metodologías activas son fundamentales, hoy por hoy, en todo tipo de aprendizajes. El reto es buscar aquellas que creemos que se puedan ajustar a nuestros alumnos, y sacar de ahí, el máximo rendimiento posible”. La experta nos da unas pautas, si bien son aplicadas en el aula del colegio, perfectamente podríamos aplicarlas en casa: “debemos fijarnos en aquello que les pueda hacer crecer, que sea motivador para ellos. Por ejemplo, un proyecto, actividades con aprendizaje cooperativo, creación de lapbooks…Todo aquello que haga que el niño no se sienta como un objeto pasivo, incluso dejarle participar en proyectar ideas que puedan beneficiar a los otros”.

 

Cada niño es único

Como antes mencionamos son muchos los tipos de fortalezas y vamos a enumerar una serie de ejemplos prácticos para identificar las de tu hijo. Por ejemplo, las fortalezas de carácter son las que se caracterizan cuando decimos que nuestro hijo es honesto, protector, amable, empático, servicial. Las fortalezas sociales, por su parte, son tales como que comparte, respeta los turnos y puede hacer concesiones, se esfuerza por hacer amigos y mantenerlos, es un buen oyente, pide ayuda cuando la necesita. Las fortalezas del lenguaje: utiliza las palabras adecuadas para expresar sus necesidades, puede cambiar el tono de voz cuando narra una historia o al hacer una pregunta, entiende chistes, juegos de palabras y la ironía. Fortalezas de alfabetización: entiende la estructura de los sonidos y puede hacer rimas, sabe cómo pronunciar palabras que desconoce, puede hacer predicciones basadas en lo que ha ocurrido hasta el momento en una historia. Fortalezas matemáticas y de lógica: tiene un sentido numérico sólido, como reconocer cuál es más grande y cuál es más pequeño, recuerda datos matemáticos, utiliza conceptos matemáticos en la vida diaria (como duplicar los ingredientes de una receta de cocina). Fortalezas para el estudio tales como entiende y establece metas, y puede hacer planes con antelación, prueba diferentes enfoques, aprende de los errores y soluciona problemas.

La profesora de Primaria, Ana Permuy nos explica que “se buscan espacios de afinidad en algunas actividades, pero no siempre es lo más interesante. Por ejemplo, es bueno que cada uno destaque en algo, y así es más productivo para el grupo, uno puede dibujar muy bien, otro puede tener muy buenas ideas, otro sin embargo destacar por tener mejor caligrafía, etc. En grupo cada uno aporta lo que puede, y eso hace que al final la actividad sea productiva para cada uno de ellos. Siempre aprenden algo del trabajo en grupo”.

 

Todos los estudiantes pueden tener éxito en una escuela integradora

Si el futuro escolar de los “buenos estudiantes” está garantizado en casi cualquier entorno, el de los alumnos con dificultades depende en gran medida del centro educativo al que pertenezca (de su método pedagógico, de la adaptabilidad del profesorado a la individualidad del alumno, de sus programas de atención a la diversidad, de la voluntad de integración en el aula…) y de su entorno sociocultural (de su familia, de su red de apoyo social, de su nivel económico, de la implicación de los padres con el proceso educativo…).

En el colegio Areteia tenemos la convicción de que un alumno que rinde a distinto ritmo de aprendizaje puede tener éxito en una escuela integradora, que atienda sus necesidades, que comprenda sus motivaciones, alimente sus fortalezas y le ayude a superar y convivir con sus dificultades. Una escuela consciente de que todos somos diferentes, pero todos tenemos el derecho, la capacidad y el deseo de aprender. Una escuela para la que el concepto de éxito no sea sinónimo de obtener la máxima calificación, sino de sacar lo mejor de cada uno de nosotros y la seguridad de que todos podemos contribuir, ser útiles y buenos en algo. Una escuela que, habitualmente, como institución, ha sido lenta en reaccionar a las nuevas oportunidades de aprendizaje.

La profesora de Primaria nos explica otro programa más con el que  trabajan las fortalezas a nivel colegial “a través de los Talleres Excellent se fomenta el descubrimiento o toma de conciencia de esas fortalezas. Estos talleres permiten a los alumnos aprender y desarrollar al máximo ese potencial que les hace ser únicos y excelentes”.

‘En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible’, Albert Camus.

 

¿Qué nos motiva a seguir adelante? ¿De dónde sacamos fuerzas para reconstruir lo que está roto? La respuesta es simple: de nuestro interior. Por eso es importante que, desde la infancia, se les enseñe a los niños a comprender sus fortalezas personales internas y lo beneficioso que puede llegar potenciarlas. De ahí que los padres tengamos que buscar las estrategias necesarias para trabajarlas todas ellas desde casa.

16 / 04 / 21