Educación a la diversidad: una escuela donde se crea un confort emocional para todos

“Una escuela rígida, poco permeable, que homogeneiza, con prácticas educativas individualistas y competitivas, no es una escuela que contemple la diversidad”, afirma Cecilia de Juana, jefe de Estudios en el Colegio Areteia de Madrid.

La pedagoga explica en qué consiste atender a la diversidad: “la escuela creada para todos y para cada uno, según sus capacidades, habilidades instrumentales, ritmo de aprendizaje, intereses…”. Sin duda, la importancia de este respeto con los alumnos radica en crear “un espacio de confort emocional en el que se sientan únicos, escuchados, y cuando observen que su diferencia, (ya sea un TDAH, una dislexia, una dificultad para la interacción social…) se tiene en cuenta y los profesores propician alternativas para conseguir su progreso”.

Para crear una escuela que atienda a la diversidad debemos creer en el principio que la sustenta: la diferencia, en sí, como un valor enriquecedor. Como consecuencia de la variedad lo que antes se consideraba normal ahora se ha convertido en diverso, de ahí que la diversidad sea norma y no situación excepcional.

Una escuela donde el bienestar de todos los alumnos sea un hecho incondicional, donde seamos conscientes de que se deben exigir rupturas en los sistemas tradicionales con transformaciones profundas, centrada en el aula, sin disfrazar las limitaciones para afrontarlas de cara y viendo la posibilidad de estas. Un colegio donde permanecer sin temor al rechazo y con la garantía de que se ofrece lo mejor para cada alumno. El derecho a la educación es de todos y para todos, por ello en el Colegio Areteia acogemos a todos los alumnos, con TDAH y sin ella, con dislexia y sin ella, con alteraciones del lenguaje y la comunicación, así como las necesidades educativas de los niños adoptados.

Cómo lograr educar en la diversidad

“El equipo docente de Areteia trabaja al unísono, -en palabras de Cecilia de Juana- y cuando un equipo de profesores mantiene las mismas prácticas educativas y metodológicas y unas líneas de trabajo comunes, no hay alumnos que se resistan”.

Pongámonos en contexto, el colegio Areteia de Madrid desarrolla un proyecto educativo de atención a la diversidad desde hace 40 años, para convertirse en el hogar educativo de muchos alumnos que ingresan cada año en el colegio sintiéndose menos valorados, con un autoconcepto bajo porque los Centros de procedencia, amparándose en la busca de la “excelencia”, se dejan atrás a excelentes alumnos, y personas. Diversidad es descubrir y valorar sus fortalezas y sus necesidades específicas, encontrando las alternativas que se ajusten a los distintos perfiles educativos. ¿No es la educación otra cosa que dar autonomía a todos los niños? Educar no consiste en educar para el éxito sino para el éxito de uno mismo, educar para ser lo que uno es y convertirse en lo que uno es capaz de ser.

Un camino educativo para cada niño adaptado a su perfil

Educar en la diversidad es creer en el ser humano y en que, sea cual sea la condición de cada uno, todos tenemos un lugar que ocupar en la sociedad que nos ha tocado vivir, con la misma dignidad y derechos. En el colegio Areteia creemos en la posibilidad de una educación de calidad para toda la diversidad del alumnado.

“Educar no es dar una carrera para vivir sino templar el alma para las dificultades de la vida”, es una de las frases célebres del filósofo y matemático griego Pitágoras.  Como heterogénea es la vida así debe ser la propia aula. Debemos dar a cada uno las herramientas y el apoyo necesario para ser uno mismo en el tiempo que le ha tocado vivir. En Areteia nos hemos especializado en la atención a la diversidad que trabaja por una exitosa integración escolar de los alumnos con dificultades en el aprendizaje.

Diversidad es abrir una ventana cuando se cierra una puerta, y en el colegio Areteia disponemos de un amplio abanico de itinerarios que nos permite ofrecer una educación ad hoc para los diferentes perfiles de alumnos. Abrir ventanas a nuestros alumnos supone además de infantil, primaria, ESO, dar alternativas a la Formación Profesional Básica en la etapa obligatoria, como ofrecer Bachillerato y una oferta variada de Formación Profesional de Grado Medio y Superior.

Un alumno desmotivado, no aprende

Nadie es como otro. Ni mejor ni peor, es otro”, parafraseaba el filósofo francés Jean-Paul Charles Sartre. Durante mucho tiempo, los modelos educativos tradicionales se han fundamentado en la uniformidad de programas, que pretendían un alumnado análogo y con resultados homogéneos. La igualdad marcaba las exigencias en rendimiento y hacía cada día más dispares y desiguales a los alumnos, catalogando las necesidades educativas en el ámbito de lo patológico. Frente a estas desigualdades brota la idea de que la diversidad es esencial a la vida, enriqueciéndola.

Lograr los objetivos de cada clase, curso o etapa supone pararse y analizar el proceso de aprendizaje para evaluar el desarrollo de competencias adquiridas por cada alumno, y en caso necesario, cuando la respuesta no sea satisfactoria, redirigir y cambiar. Este esfuerzo de repensar cada materia supone en muchos casos crear métodos de nuevo. En la atención a la diversidad es ineludible recurrir a distintos recursos educativos, saliéndonos de la inercia, y aplicando metodologías modificadas, sin olvidar que la exigencia y la motivación circulan en paralelo.

Educar en la diversidad, una escuela creada para todos

“La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo”, decía Isaac Newton. Educar en la diversidad supone pensar en una escuela creada para todos, en una escuela que circunscriba las diferencias y excluya las desigualdades, propiciando las posibilidades sociales no excluyentes. Explorar lo inexplorado. “Una escuela que busque el dar a cada uno lo más útil y beneficioso -sentencia ISEP Clínic de Barcelona- para conseguir avanzar en su crecimiento a partir de lo que es y desde donde se encuentra”.

En Areteia creemos en una «escuela para todos» que eduque con éxito a todos los alumnos en igualdad. El colegio es una escuela inclusiva y respetuosa con la diversidad, entendida como aquella que ofrece el derecho a una educación acorde a las necesidades individuales de aprendizaje de cada estudiante.

Valores y oportunidades de enriquecimiento a la sociedad

El desafío para una escuela inclusiva es lograr un equilibrio entre el aprendizaje y la diversidad, es decir, entre lo que debe ser común para todos los niños y las necesidades educativas derivadas de la singularidad de cada alumno, sin llegar a generar una exclusión. Esto solo es posible implicando en la educación a toda la comunidad, mucho más allá del colegio, para conseguir un desarrollo próspero de cada niño, teniendo en cuenta sus capacidades y su ritmo.

Desde 1980 el colegio Areteia hace realidad ese modelo de escuela inclusiva ofreciendo a sus alumnos una educación normalizada y especializada en la atención para la diversidad de alumnos, con necesidades especiales o sin ellas, para que crezcan felices en un entorno de inclusión que ofrece beneficios como: la cooperación, la solidaridad, el respeto hacia las diferencias, el valor de la comunidad, la reducción de los conflictos, etc. Así, nos convertimos desde entonces en pioneros en educación para la diversidad.

06 / 04 / 21