IX Jornada de Innovación Educativa de Areteia: “¿Una nueva pandemia tras la pandemia? El reto de la salud mental infantojuvenil”

El pasado sábado 21 de mayo se celebró en el Colegio Areteia la IX Jornada de Innovación Educativa con el lema “¿Una nueva pandemia tras la pandemia? El reto de la salud mental infantojuvenil”. Estas Jornadas de Innovación, desde el año 2012, son uno de los principales eventos formativos de nuestro país orientados a profesores, familias y profesionales de la educación, y cuentan con la presencia de personalidades muy reconocidas en el ámbito de la pedagogía, psicología, medicina y la docencia que abordan los principales desafíos de la educación.

La presente edición se ha centrado en la salud mental, que se ha convertido para nuestra sociedad en un reto a corto plazo pronunciado por los efectos de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. El periodo de confinamiento, así como las importantes restricciones de movilidad o de actividades, ha desencadenado un agravamiento en conductas y patologías asociadas a la salud mental que han puesto de relieve una problemática que ya estaba presente entre nosotros pero que, estigmatizadas socialmente, habían permanecido tan latentes como olvidadas.

¿Qué es la salud mental?

Los principales esfuerzos desde las entidades sanitarias y psiquiátricas a lo largo del siglo XX, se han centrado en la concreción de un concepto de “salud mental” que permitiera una mayor visibilidad de las alteraciones mentales y conductuales, pero también una normalización de las propias afecciones para llegar a un tratamiento cada vez más centrado en las relaciones sociales y en la integración. El primer gran paso en este sentido lo dio la Organización Mundial de la Salud, que inicialmente definió la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”, incorporando implícitamente las patologías de la mente al concepto general de salud. Más tarde, dicha organización trataría de definir propiamente la salud mental como “un estado de bienestar en el que la persona materializa sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir al desarrollo de su comunidad” (Promoting mental health: concepts, emerging evidence, practice. OMS, 2004).

Sin embargo, esta definición de la OMS está en proceso de mejora, lo que muestra el carácter dinámico que aún permanece vigente en la materia. Así, parece asociar exclusivamente la presencia de sentimientos y funcionamientos positivos como condicionantes de una vida saludable, pero es una realidad que “las personas con salud mental satisfactoria a menudo están tristes, no se sienten bien, se sienten enojadas y desdichadas, y esto es parte de una vida plena de un ser humano” (S. Galderisi el al., “Hacia una nueva definición de la salud mental”). Es decir, la salud mental no solo incorpora todos los afectos positivos, sino la gestión de aquellos que, si bien pueden no serlo, forman parte de la vida.

En el ámbito educativo aparece toda una serie de trastornos mentales y conductuales que comprende desde estados de ánimo depresivos a conductas disruptivas en el aula o en el hogar.  La implicación del centro escolar, de familias y de los profesionales de la salud mental será fundamental para el niño o joven con dificultades de cara a una recuperación efectiva y a una adecuada integración en la sociedad.

«Educar en el ocio sano: antídoto a las secuelas de la pandemia COVID»

La primera ponencia abordó la relación entre el ocio y la salud mental. En ella, la Dra. Pilar de Castro, destacó el papel fundamental del tiempo libre en el desarrollo de la personalidad. El ocio es necesario en tanto que obedece a los intereses de la persona y supone, por tanto, una vía para obtener emociones positivas a la par que “sirve de antídoto de las emociones negativas” haciéndolas formar parte del propio juego (por ejemplo, al ganar o perder en un deporte).

Si en el adulto encontrar estas vías de escape en una rutina condicionada por el trabajo o las obligaciones familiares es necesario, en el niño se convierte en una vía de aprendizaje lúdico que le permite esparcirse en actividades de su interés. Para la Dra. De Castro, el ocio “enriquece el mundo interior y permite conocer y desarrollar habilidades y valores como saber perder y ganar, ceder, ser protagonistas o la importancia de la experiencia de participar; posibilita afrontar la soledad y el aburrimiento planteando metas de autosuperación mientras crecen la resiliencia y la paciencia en un marco que ofrece sus propias reglas arbitrarias”. En resumen, enseña a vivir en sociedad.

Todo este trabajo de las funciones ejecutivas y de mejora de las habilidades sociales ofrece, además, una excelente oportunidad de compartir momentos sanos y saludables en familia. Padres e hijos pueden jugar y practicar deportes en los que los más pequeños podrán aprender de los modelos que pueden suponer los mayores, a los que también verán ganar y perder. Incorporar estas rutinas a la vida de nuestros jóvenes, además de crear lazos de unión filioparental, previene, en buena medida, la aparición de conductas de riesgo y adicciones.

«Familias, adolescentes y COVID19: Convivencia o Supervivencia»

Dña. Marta Ragón, psicóloga clínica especializada en área infantojuvenal y directora clínica de Amalgama 7 en Madrid, expuso las conclusiones de un estudio sobre el impacto de la pandemia en jóvenes de 14 a 18 años con trastornos conductuales atendidos por esta institución. Amalgama 7 es una entidad enfocada en el tratamiento de problemas de salud mental derivados, principalmente, de adicciones (a sustancias, nuevas tecnologías, etc.) y ofrece servicios de internamiento para aquellos adolescentes que precisan de un alejamiento temporal de su entorno para recuperarse.

Las principales conclusiones que se desprenden del estudio hablan de una serie de problemáticas que ya estaban presentes con anterioridad a la pandemia y que se han acentuado tras la misma. Así, se percibe un incremento en la violencia (verbal o física) filioparental, en las conductas de riesgo o en malos hábitos alimenticios. En consecuencia, es necesario visibilizar estas problemáticas y romper con el tabú de la salud mental en la familia con el fin de ganar en hábitos de relación saludables por parte de padres e hijos.

“Aprender a vivir: La competencia olvidada por el sistema”

Con el lema “aprender a vivir”, D. Luis García Carretero, director del Colegio Areteia y profesor de Filosofía, abordó el tema de la salud mental en la educación. Desde que camina en democracia, España ha vivido varias reformas educativas, impulsadas por gobiernos de diferente signo político que han permitido alcanzar logros significativos en materia de atención a la diversidad y calidad en la enseñanza. Sin embargo, esta evolución pone de manifiesto que, pese a los cambios introducidos, la persona, en tanto que individuo singular con sus propios intereses y características, es el principal elemento olvidado del sistema.

Para D. Luis García, la enseñanza debe atender a las particularidades de cada uno, a sus posibilidades e intereses, como vía para alcanzar el bienestar personal. Solo mediante el desarrollo de las principales fortalezas del niño se consigue una vía de éxito que le plantee un aprendizaje motivador y satisfactorio. Únicamente una escuela que parta de la docencia como un elemento integrante (y no apartado de él) de un gran proceso llamado educación podrá dar las respuestas adecuadas a las necesidades de nuestros niños y jóvenes de hoy.

Para ello, será necesario contar con profesionales de la educación capaces de ofrecer el reto de aprender desde un talante próximo y creativo, con un alto grado de integridad moral, y que sepa imponer el orden y la disciplina de trabajo cuando es necesario, siempre desde la empatía y la sensibilidad. Además, estos profesionales trabajarán en un equipo coordinado por una figura destacada, la del tutor, que servirá de nexo de unión entre el colegio y las familias, garantizando, así, una labor educativa, la del centro escolar y los padres, continua, homogénea y coherente con el fin último al que va destinada: el niño.

La escuela, por tanto, supone una de las principales herramientas de prevención en materia de salud mental. Los centros escolares, cuentan con profesionales docentes, orientadores, PT, educadores sociales, enfermeros escolares y tutores; aun así, es un hecho que hay ocasiones en las que hay que recurrir a especialistas sanitarios, psiquiatras y psicólogos clínicos que deberán intervenir en el diagnóstico y tratamiento del alumno para, finalmente, recurrir nuevamente a la escuela, esta vez como herramienta de recuperación y reinserción en la sociedad. Comunicación, coincidencia de criterios, compromiso y profesionalidad serán clave en el ejercicio de todos para alcanzar el éxito.

«Afrontando juntos el reto de la salud mental: profesionales e instituciones al servicio de niños y adolescentes»

Dña. Cecilia de Juana, pedagoga, profesora de lengua y literatura y Jefe de Estudios del Colegio Areteia, condujo la mesa redonda que supuso el broche final a la IX Jornada de Innovación Educativa y que contó con profesionales de todos los sectores implicados en la prevención e intervención en salud mental. Entre las conclusiones principales, destaca el consenso general a la hora de reclamar por parte de las autoridades competentes una implicación que dote de medios y recursos que permitan una cooperación más fluida entre todos los profesionales implicados en el tratamiento del niño en edad escolar. Del mismo modo, es preciso acabar con el estigma de la salud mental para hacer visible una problemática que también puede venir condicionada por factores sociales y que muchas familias no se atreven a abordar.

El incremento en la solicitud de servicios de salud mental habla de un impacto negativo de la pandemia sobre los jóvenes, pero también sobre los padres y madres. Facilitarles la identificación de la problemática a la que deben hacer frente mientras se les ofrecen herramientas profesionales, pero también estrategias (ayudarles a aprender a ser padres de un niño con dificultades), es fundamental: enseñar a vivir a estos jóvenes es enseñar a vivir a la sociedad del futuro.

En la mesa redonda participaron D. Pedro Centeno, profesor de lengua y literatura y tutor de 4º de ESO del Colegio Areteia; Dña. María Costa, enfermera y psicóloga del Colegio Areteia; Dña. Sofía Doncel, psicóloga sanitaria (Macla Escuela Terapéutica); Dña. Aurora García, psicóloga sanitaria, responsable servicio externo de psicología del Colegio Areteia y psicóloga en la cadena, COPE; Dña. María del Carmen Gómez-Pastrana, médico de atención primaria; Dña. Ana Monereo (cofundadora de la red social cuidkers.com, diseñada para compartir experiencias entre familiares responsables de hijos con dificultades); D. Alejandro Rodrigo, orientador familiar y director del Programa Concordia.

 

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30 / 05 / 22